El primero de agosto de 2004, a las 11.20 hs, una explosión interrumpió la serenidad del barrio Trinidad, uno de los más populares de Asunción. Estalló en la cocina del patio de comidas del Supermercado Ycuá Bolaños y un viento de fuego recorrió sus instalaciones, provocando el mayor siniestro de la historia paraguaya contemporánea que se cobró la vida de 400 personas.
Jorge Sáenz, fotógrafo de la agencia Associated Press vivÃa a sólo quince cuadras del lugar, escuchó la explosión y vio la débil columna de humo que comenzaba a salir, tomó la cámara fotográfica y partió: “Pude ver cómo los bomberos que intentaban entrar por la rampa que conducÃa al estacionamiento se abrÃan paso por un piso cubierto de cuerpos ennegrecidos por el humo. Ahà tome conciencia de que habrÃa muchos muertos. A las 13:30 comence a transmitir desde mi casa unas quince fotografÃas. Al regresar ingrese al edificio. Recuerdo a los bomberos de la PolicÃa revisando si habÃa dinero en las cajas registradoras”.
Jorge Vidart abordó el siniestro meses más tarde, ya desde el dolor y la compulsión, asistido con la cámara fotográfica como herramienta de la memoria: “HacÃa un tiempo que habÃa estado ahà con mi mujer y mi hija, ya que vivÃamos en Barrio Jara, cercano a Trinidad. Fue también un domingo, pasado el mediodÃa cuando me hice de valor para ingresar a ese escenario diabólico. En silencio y atendiendo donde pisaba fui recorriendo el gran descampado. SentÃa que de los hierros retorcidos y de las paredes derrumbadas teñidas de hollÃn me llegaban mensajes”. “Entre los escombros en silencio, algo latÃa.”
El verdadero sentido de esta obra es testimoniar cuestiones abstractas como la injusticia o la inmoralidad de los hechos humanos que provocan tragedias. La fotografÃa se constituye asà en una herramienta de memoria para un posible “nunca más”