Capturar conlleva el acto de provocar una discontinuidad en el tiempo, una detención. Todo lo que es enunciado lo es en tanto capturado, determinado. Es condición del pensamiento capturar, detenerse y formar; cerrar, acabar una imagen, concepto o idea. En su estado de detención y determinación capturar es (será) condición y criterio del sentido y de la posibilidad de verdad, no sólo para la actividad de representación del pensamiento, sino también para la de juzgar. Sabemos del hiato, del silencio que media entre el ser continuo y real de lo que está siendo y nuestra forma de capturarlo para poder enunciarlo. Ningún concepto o imagen puede informar sobre lo que está siendo, lo que fue o lo que será, sólo puede hacer relato de ello. Es necesario distinguir entre lo que por un lado está siendo y, por otro, la imagen atemporal que tenemos de ello. Parecería que sin captura el hombre estuviese imposibilitado de una idea de Verdad o de Bien. La ilusión de la Verdad se sostiene en la detención del objeto en el tiempo, en la aprehensión como realidad estática, ilusión puesta en juego a partir de la compensación de la necesidad de ordenamiento y posesión del mundo a partir de las distintas cosmologías, instinto de conservación que se ha vuelto instinto conservador. La racionalidad (la idea capturada, cerrada toda ella igual a sí misma) ocupa el lugar divino de la Verdad, el Bien, el Mal.
La fotografía captura imagen, condena al tiempo de exposición una determinada luz encerrada en una caja negra; estanca, aprehende, provoca una discontinuidad en el tiempo.
U-31 es una exposición fotográfica incómoda, requiere del espectador moverse en un espacio reducido, aprisionarse en un “yo” solo frente a lo capturado como imagen (concepto, palabra), multiplicándose en un laberinto de espejos donde el concepto de “captura” se reproduce con y en ecos, condenando, (d)enunciando su existencia; queriéndose liberar: de la pretensión de Verdad que nosotros le hemos impuesto, de la técnica fotográfica estenopeica, de la foto misma, del espacio de la exposición y de la Unidad Carcelaria de Mujeres Nº 31 de Ezeiza, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Adrian Parravicini