Con el entusiasmo propio de la primera actividad del proyectado Museo de la Imagen de Lavalleja, se enfrenta el trabajo de difundir la producción (o lo que se conserva de ella), de los fotógrafos que en los primeros años del Siglo XX, dejaron plasmada la imagen de paisajes o momentos de la vida de Minas y de Lavalleja, transformados en motores de evocación e historias trasmitidas de manera oral.
Las imágenes rescatadas del olvido, atesoradas por personas a las que les fueron legadas de sus mayores, con variedad temática y acreedoras de una riqueza inestimable, dan testimonio de la época pasada. La fotografÃa es un valor diferencial, en ella se refleja la elegancia y el donaire de una época que late en el contenido mismo de la imagen. Desgraciadamente, se han perdido datos que hoy resultan fundamentales, el autor, la ocasión exacta de la toma, el equipo empleado, y en las tomas de gente, los nombres de las personas.
Con buena voluntad el espectador podrá obviar estos datos que no menoscaban la imagen aunque alentarÃan otras disquisiciones acerca del tratamiento que cada autor hace de luces y sombras. La fuerza visual de cada fotografÃa otorga a quiénes las disfrutamos hoy, -algunas de ellas a más de un siglo de concretadas- una muestra de entusiasmo e intriga, por la forma en que fueron obtenidas, dándole a cada una de ellas un vuelo propio.
Hoy transitamos esos puentes construidos en parajes con poquisimos habitantes, con la certeza y tenacidad de que luego, en un dÃa como hoy, llegarÃan los transeúntes en una labor de pioneros. Esa labor resulta apasionante nos hace transitar un camino lleno de recodos en cada uno de los cuáles vamos descubriendo acontecimientos que de alguna manera jalonaron la historia de la comarca, y de sus hombres.